Plato de frutas variadas


Tener una vida saludable es una mezcla de buenos hábitos y mejores decisiones. Por lo general, para que la salud siempre esté del lado correcto, una dosis diaria de ejercicio físico, buenas rutinas de descanso e hidratación, y por supuesto, alimentos que sean saludables y ofrezcan todo lo que el cuerpo necesita es lo fundamental.

No está de más decir, sin embargo, que en términos de salud lo más conveniente es tener todo bajo control y que incluso en los peores momentos se podrá contar con respaldo. Por eso, tener seguros de salud es una necesidad y hasta una obligación, mucho más si lo que se aspira es tener una vida saludable en todos los sentidos, porque aunque cueste creer que por el ritmo de vida y los hábitos que se han cultivado nada malo pudiera pasar, no se está exento de riesgos y ante ellos, tener la cobertura necesaria puede llegar a representar un gran alivio.

Ahora bien, en lo que se refiere estrictamente a los alimentos, la disminución de grasas saturadas, una correcta hidratación y ofrecer al cuerpo lo que necesita será más que suficiente para garantizar la buena salud.

Una correcta hidratación


La mayor parte del peso corporal y de la constitución de los músculos es agua. Por eso, e indiferentemente de la época del año y sus temperaturas, una correcta hidratación puede ser fundamental para mantener niveles de salud y de actividad adecuados.

Consumir al menos 2 litros de agua por día -alternando con otras bebidas, claro está- es lo usual, pero además de ello, consumir frutas y vegetales en la mayoría de las comidas del día, sea en forma de zumos o ensaladas, pero también como acompañantes o guisos, proporcionará no solo las vitaminas que todas las frutas y los vegetales poseen, sino también grandes dosis de agua, ya que estos por lo general están compuestos en gran proporción por líquidos.

Corregir patrones nocivos


Cuando se habla de mantenerse saludable desde la alimentación, a menudo se hace referencia a corregir patrones alimenticios negativos, porque su corrección puede influir en eliminar riesgos de patologías graves. Uno de los servicios de pólizas más conocidos en la actualidad es el seguro contra cáncer, que suele incluir protección contra otras enfermedades graves como un infarto al miocardio. Y es popular porque siempre es necesario estar protegidos, más si se conocen los riesgos de los ritmos de vida actuales y hasta de la alimentación que se lleva.

Pero no es menos cierto que una correcta alimentación puede contribuir a disminuir esos riesgos. En el caso particular del cáncer y de las enfermedades cardíacas, las dietas ricas en hidratos de carbono, con preponderancia de los frutos secos y los cereales; y la sustitución de las grasas saturadas por grasas insaturadas, siendo el aceite de oliva y otros aceites vírgenes los más conocidos, puesto que su inclusión en la dieta en detrimento de las grasas saturadas puede suponer un avance en términos de salud muy importante, sobre todo pensando en la disminución de riesgos de enfermedades graves.

Músculos y huesos fuertes


Una dosis correcta de calcio y vitamina C, a la par de una correcta ingesta proteica, son fundamentales para mantener músculos y huesos fuertes, y en consecuencia, para poder mantener un ritmo de vida adecuado y activo desde lo físico y mental, con los concretos beneficios que eso puede tener para el resto del organismo.

Sin embargo, eso no quiere decir que la dieta deba centrarse en un solo grupo de alimentos, ya que las proteínas pueden ser de origen animal o vegetal, y los lácteos pueden ser consumidos de distinta forma, desde leche y yogur hasta productos elaborados como la nata, la mantequilla y el queso.

En general, tener una dieta que apueste más por lo orgánico y natural, y complementar eso con una actividad física regular puede ser lo único necesario para mantenerse siempre saludable.


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