Una pareja de hombre y mujer sentados en una banca y quitándose las argollas de matrimonio


Mientras que la tasa de divorcios se dispara en el mundo, separarse se ha vuelto más complicado aún en términos emocionales y prácticos en tiempos de pandemia.

Darcy Tuscano y su pareja han estado casados por 16 años y tienen dos hijos. En agosto, tras cinco agobiantes meses de cuarentena encerrados juntos en su casa en España, tomaron la decisión, sosegada, de separarse y divorciarse. Entonces surgieron las trabas logísticas.

Tuscano, quien es originaria de Estados Unidos, sondeó los recovecos de internet en busca de respuestas para gente como ella — expatriados divorciándose en sus países de acogida — sin encontrar ninguna. Se puso en contacto con varios abogados en Barcelona, pero tan solo uno le devolvió la llamada. Por fin se decantaron por consultar a un conciliador, con quien ahora se comunican por videoconferencia. ‘Sabíamos que lo mejor para los niños era hallar un acuerdo entre nosotros con la ayuda de un conciliador’, dice Tuscano, ‘Además de que ninguno de los dos quería invertir en un costoso proceso judicial.'

Sin embargo, no pocos retos y dificultades han tenido que afrontar para sacar adelante el proceso a distancia cuidando de no deteriorar la relación entre ellos. ‘Estamos comprometidos con la conciliación’, asegura Tuscano, quien ha vivido la última década como ama de casa y que ahora, señala, ha tenido que afrontar la difícil tarea de encontrar trabajo en un país con una altísima tasa de desempleo. ‘Y es que, sin siquiera mencionar las restricciones debidas al Covid, el tema financiero saca a relucir las peores angustias de cada uno. Nos estamos dando cuenta de que podríamos tardar meses antes de llegar a un acuerdo.’

Entonces, ¿cuál ha sido el impacto de la pandemia en nuestras relaciones?


Entre todo aquello que el Covid-19 ha vuelto más complicado se halla cómo divorciarse, tanto en su aspecto práctico por los cierres en el aparato judicial, como emocional. Mucha gente en todo el mundo ya estaba padeciendo mayor soledad y el hecho de vivir un divorcio puede agudizar aquel sentimiento.

‘Un divorcio es por naturaleza un proceso solitario’, explica la Dra. Viola Drancoli, una psicóloga clínica radicada en Múnich y cuyas consultas a distancia benefician a pacientes en Norte y Latinoamérica, África, Asia y Europa. ‘Los amigos y familiares pueden desplegar un amplio abanico de reacciones ante la separación de sus allegados’, dice. ‘Pueden manifestar resentimiento ante uno u otro, tomar distancia, e incluso culpar a una de las partes por lo sucedido. Esto significa que una fuente importante de apoyo social puede desaparecer súbitamente.’ También sucede que surjan obstáculos para las parejas o para los individuos en el contexto de una cultura que no esté cómoda con el concepto de divorcio.

Pero a pesar de todo, el divorcio se está volviendo una realidad para un número creciente de personas en todo el mundo, como resultado de un tormenta perfecta fruto de circunstancias propiciadas por la pandemia y que suelen conllevar un aumento de los niveles de estrés relacionados con problemas de salud, de desempleo y de hacinamiento en casa. En los Estados Unidos, la tasa de divorcios se disparó en un 34 por ciento durante los primeros cuatro meses de la pandemia, de los cuales las separaciones de recién casados dobló hasta alcanzar un 20 por ciento. En Italia, los abogados han reportado una misma tendencia: un repunte de un 30 por ciento en el momento en que las parejas salían del confinamiento. Mientras que en Japón, el auge en los casos de divorcio ha acuñado un nuevo concepto en las redes sociales del país, el de ‘Corona-divorcio’.

Incluso las culturas en las que los ciudadanos tradicionalmente se muestran reacios a recurrir al divorcio, como Turquía, China y Canadá, han reportado un aumento, dice la Dra. Drancoli. ‘Las consecuencias de la pandemia como el estrés, la ansiedad, la inseguridad laboral, las noticias, el hecho de hallarse confinado y hacinado en un mismo espacio, todo aquello contribuye a que se intensifiquen los conflictos dentro de la pareja’, dice. ‘Pocas son las ocasiones que tiene una de escaparse o tomarse unas vacaciones.’

Cómo separarse en buenos términos y sin amargura


A pesar de todo, las separaciones o divorcios no siempre resultan conflictivos. Recientemente, la estrella de Queer Eye Karamo Brown reveló que él y su pareja Ian Jordan, quienes en un principio debían casarse durante el verano, se separaron en junio durante la cuarentena. Buscaron asesoramiento digital y rompieron, señala Brown, como ‘buenos amigos’. Mientras que la estrella estadounidense de ballet James Whiteside y su pareja durante 12 años, el patinador artístico y modelo Daniel Donigan, anunciaron el mes pasado su separación en un par de posts tándem de Instagram, recalcando en la dimensión amorosa de su separación. ‘Él es y siempre será mi unicornio encantado’, escribió Whiteside acerca de Donigan.

La Dra. Drancoli explica que una separación sosegada típicamente se da cuando ambas partes acuerdan que el divorcio es la mejor opción. Aunque suele ser poco común, se da mayoritariamente dentro de las parejas que han recibido ayuda profesional. ‘A menudo los divorcios vienen asociados con heridas emocionales y grandes desilusiones en una o ambas partes’, dice la Dra. Drancoli. ‘Desde una perspectiva de salud mental, este es el momento de consultar con un profesional y procesar las decepciones, despedirse de lo que no será y en algún punto alcanzar un estado de aceptación e incluso perdón. Aquellos son los factores que pueden darle a un divorcio un giro más amistoso.’ Así mismo, las parejas que hayan logrado superar la prueba pacíficamente, típicamente son las que más oportunidades tienen de mantener la amistad.

Dar con los recursos que te funcionan


Aunque los recursos a distancia estén a tu alcance, incluyendo asesoría legal y psicológica, puede resultar complicado entender por dónde empezar a buscar. Barbara Reeves, socia del despacho de abogados Mishcon de Reya, especializado en derecho de familia con oficinas en Londres y Singapur, señala que cuando una pareja considera una separación rara vez resulta necesario llamar de inmediato a un abogado, sobre todo siendo que un raudal de información jurídica en línea puede, irónicamente, crear confusión y hacer que las personas se sientan menos acompañadas.

Reeves casi siempre aconseja que las parejas también se planteen recibir asesoría psicológica, incluso cuando ambas partes están de acuerdo. ‘Aquello permite que cada uno logre gestionar sus emociones y establecer maneras relevantes de comunicar en torno a los desacuerdos’, dice. Para eso se refiere a servicios de asesoría en línea que ofrezcan video consultas y acceso a recursos de autoayuda, así como chats gratuitos para aquellos que se hayan visto afectados por la pandemia.

Maressa Brown, una periodista de Los Ángeles de 37 años de edad, finalizó su divorcio en abril — amistosamente, dice, gracias a las consultas a distancia (en las que tú y un asesor se reúnen cómodamente en el lugar de tu elección mediante tecnología de audio y video) sin tanto gasto ni molestias gracias a un servicio de asistencia paralegal por correo llamado We The People.

‘Estuve fantaseando con algo parecido a un servicio de concierge que pudiera hacernos un par de preguntas y luego encargarse de todo el papeleo confuso en nuestro nombre, algo como un diseñador de bodas al revés’, dice. Pues resulta que sí existen. ‘Los típicos abogados especialistas en divorcios suelen preferir mantener las cosas complicadas porque resolver un conflicto toma tiempo, y el tiempo es dinero. El hecho de acudir a un servicio DIY nos permitió llevar a cabo aquel proceso sin complicaciones, libres de estrés adicional o rencores.’

Como lo pudieron comprobar Tuscano y su futuro ex-esposo, uno de los grandes retos a la hora de separarse es el tema financiero, agudizado por las circunstancias actuales en las que la inseguridad laboral, la incierta viabilidad comercial a futuro y la inestabilidad de los precios de la vivienda se han vuelto la norma. ‘Este problema a menudo es mayor entre las mujeres, quienes estadísticamente se han ocupado más de los hijos, y por ello disponen de un ingreso más bajo y menos ahorros para el retiro’, explica.

Antes de tomar cualquier decisión importante sobre los términos de la separación, ella sugiere hablar con un asesor financiero — cosa que se puede hacer por teléfono — con el fin de explorar qué opciones resultan viables y así reducir parte del estrés asociado con las discusiones sobre dinero. Las parejas también pueden solicitar una evaluación neutral temprana mediante la cual un abogado informa a cada una de las partes lo que habrá de esperarse en caso de llevar el pleito ante un juzgado — una indicación útil, y muchas veces provechosa en cuanto a tiempo y dinero, de lo que significaría llegar al extremo de ir a juicio.

Puede parecer difícil ahora, pero la compasión es clave


Aun cuando cabe reconocer que ciertos recursos sí resultan útiles para facilitar una transición menos dolorosa, en última instancia, dice Reeves, el modo en que una pareja va a gestionar su separación depende exclusivamente de las dos personas implicadas. ‘Según mi experiencia, la mejor manera que tiene una pareja de terminar su divorcio amistosamente es manteniendo una actitud abierta y comprensiva y procurando ver las cosas desde una perspectiva ajena, aunque no resulte tan sencillo ponerlo en práctica’, añade. ‘Pero más que nada, me ha parecido importante entender realmente que cada acción conlleva una reacción. Y que aquello que puede parecer satisfactorio en un momento dado, a menudo acabará causando amargura y dolor a largo plazo.’

Vía: Vogue
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