Manos de mujer sobre las de un hombre sosteniendo fichas con la frase for ever


La infidelidad es un problema que puede generar algunas de las peores crisis de una pareja. Aunque no somos fieles por naturaleza, lo cierto es que vivimos en una cultura monógama, y si ambas partes de la pareja lo han pactado así, la persona que ha sido infiel ha violado este acuerdo y la confianza de su compañero. Aunque no lo parezca, la infidelidad no tiene por qué suponer la ruptura de la pareja: es necesario que ambas partes dialoguen sin censuras, se recompongan y decidan lo que es mejor para su futuro.

Muchas veces, el problema no es la infidelidad en sí, sino que este engaño se produce como consecuencia de una relación deteriorada. Al final, los ‘cuernos’, si bien son lo más llamativo, solo son la punta del iceberg de una crisis mucho más profunda en la pareja y que puede llevar años gestándose.

En todo caso, la persona engañada está en su derecho a enfadarse, a recomponerse, y sobre todo a evaluar si la infidelidad ha sido solo un desliz puntual o es un signo más de una relación destructiva que esté minando su autoestima. Por otro lado, si la pareja no consigue por sí sola superar el escollo pero desean intentarlo, también existe la opción de acudir a terapia con profesionales.

En esta galería, y basándonos en los consejos e investigaciones de la psicoterapeuta belga Esther Perel, te ofrecemos unas normas básicas para superar el escollo.

1. Hablar a 'calzón quitado'


En una crisis así, es importante que se pueda tocar cualquier tema: lo que se esconde no se puede afrontar.

2. Permitir a la persona herida que manifieste su ira


Los seres humanos tendemos a defendernos, incluso, cuando hemos sido los agresores. Es esencial que el infiel evite autojustificaciones, excusas y reproches a la otra persona para autoexculparse. Tiene que asumir la responsabilidad y aguantar el chaparrón.

3. Focalizarse en el problema: el engaño


Hay que evitar convertir las discusiones en una evaluación de todos los actos del que ha cometido el error.

4. Entender qué importancia ha tenido la infidelidad para las dos partes


Las connotaciones son distintas para el infiel y para el engañado.

5. Abrirse a evaluar nuestras creencias


Entramos en una relación con expectativas idílicas acerca del futuro, con ideas teóricas sobre lo que queremos y presunciones sobre nuestros derechos. Este es un buen momento para modelar estos pensamientos teóricos y adaptarlos a la realidad.

6. Aceptar la imperfección


Tenemos que ser conscientes de la imperfección ajena… y de la propia, claro.

7. Encontrar progresivamente un sentido a lo ocurrido


Para superar un momento tan complicado y doloroso, la pareja tiene que consensuar una forma conjunta de explicarla. Eso permitirá seguir hacia adelante.

8. Decidir claramente si merece la pena seguir en pareja


Las dos personas tienen que evaluar sin miedo si les compensa continuar en una relación que puede ser difícil. La decisión tiene que ser clara y comprometida.

9. Centrarse, progresivamente, en los aspectos positivos de la relación


Hay que encontrarlos –casi siempre existen– y saber si nos compensan para decidir si merece la pena recomponer el vínculo.

10. Una vez pasado el momento de ira, pactar cómo será el futuro de la pareja

Una crisis es un paso atrás necesario para dar un impulso hacia adelante. Redefinir las reglas en que se basará la relación y comprometerse a respetarlas es muy importante.

Vía: Muy Interesante
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