Estilos de apego y cuál es el más saludable para una relación

Si tu vida amorosa no ha salido a flote en estos últimos años, tal vez no sea completamente tu culpa. Tu estilo de apego juega un rol muy importante en determinar la salud de tus relaciones y, bueno, hay algunos más saludables que otros.

Por supuesto, si nunca has escuchado de los tipos de apego, te sorprenderá saber que el tuyo sea tan importante, como las personas que has amado en tu vida.

¿Qué es la teoría del apego?


En la década de los años 60, el psiquiatra John Bowlby formuló la teoría del apego después de estudiar cómo reaccionaban los bebés cuando se separaban de su cuidador principal (generalmente sus madres), según Psicoactiva. Luego calsificó su comportamiento asignándole un estilo de apego, es decir, un patrón en la forma en que una persona se relaciona con los demás.

A partir de esta investigación, Bowlby destacó la importancia de la dinámica padre-hijo y determinó 3 estilos de apego predominantes: seguro, ansioso y evitativo, que afectaron las relaciones entre adultos.

Apego seguro


En la infancia: un niño que crece teniendo un apego seguro con sus padres se siente contento, seguro y explorador.

Se comportan de esta forma porque confían en que sus necesidades serán satisfechas por su cuidador, que está fácilmente disponible y es coherente en sus respuestas hacia ellos. En pocas palabras, un niño con apego seguro se siente confiado cuando su cuidador se va y feliz cuando regresa.

En relaciones adultas: Si tienes un estilo de apego seguro, tiendes a sentirte más satisfecho en tus relaciones porque te sientes conectada con tu pareja, mientras disfrutas de la libertad de perseguir sus propios intereses y amistades.

Una persona con apego seguro no es celosa ni posesiva porque tiene confianza en sí misma y en su relación, así que no siente la necesidad de controlar a su pareja. Cuando 2 personas seguras se juntan, logran un equilibrio entre la intimidad y la independencia que es vital para una relación saludable.

Apego ansioso


En la infancia: Este estilo de apego es sinónimo de un niño emocionalmente distante y reacio a descubrir su entorno. Su cuidador está desconectado y con frecuencia falla en proporcionar la atención que requieren. Por ello. El niño cree inconscientemente que su cuidador lo decepcionará.

En relaciones adultas: Los adultos ansiosamente unidos están emocionalmente hambrientos y desesperados por un tipo de cercanía poco realista. Si este es tu estilo de apego, es posible que esperes que tu pareja te ‘acomplete.’Tu deseo por sentrte segura puede abrumar a tu pareja y pueden alejarse.

Los celos y la posesión son típicamente atribuidos al apego ansioso. Así que se sienten amenazados con frecuencia cuando su pareja pasa tiempo con sus amigos o hace algo sin ti. En los peores escenarios posibles, el abuso físico o emocional puede presentarse porque una persona trata de controlar a la otra.

Apego evitativo


En la infancia: Un niño desarrolla apego evitativo cuando su cuidador es negligente e inconsistente. Con el tiempo, el niño le pierde confianza y empieza a desapegarse. Los evitativos son personas altamente independientes desde pequeños porque la experiencia les ha enseñado que sólo las personas pueden confiar en sí mismas (y nadie más).

En relaciones adultas: Si eres una persona con apego evitativo, generalmente no te gusta que la gente dependa de ti, un tú de ellas. De hecho, eres tan independiente, que evitas el apego en cualquiera de sus formas.

Este tipo de personas también se queja frecuentemente de la falta de intimidad y coneción cerna entre pareja. Esto pasa porque les cuesta confiar en los demás y abrirse con ellos.

¿Se puede cambiar el estilo de apego?


Sí, es posible mejorar su comunicación y responder a su pareja de una manera más sensible. Lo ideal es conseguir la ayuda de un profesional para atacar los problemas subyacentes en la relación.

Por: Andy Bouchot.
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