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De acuerdo con, la nutrióloga Ana María González, certificada por el Colegio Mexicano de Nutriólogos, hay cuatro sencillos hábitos para llevar una dieta equilibrada y saludable al aplicar los conceptos de Marie Kondo en tu día a día.
Elige alimentos que te ayudan a tu salud y por lo tanto a tu felicidad
Es importante sacar de nuestra cocina todo aquello que no utilizamos, comenzando por los alimentos que ya no sirven, que no nos gustan o que no aportan ningún valor a nuestra alimentación. Puedes empezar por sacar todo de tu alacena y refrigerador.
Desecha lo que haya caducado y, de lo que quede, identifica qué es lo que realmente le da valor a tu alimentación y te gusta comer. Elimina por ejemplo ingredientes que hayas comprado una única vez para alguna receta especial.
Utiliza el “El Plato del Buen Comer” y en base a esta guía revisa que tengas alimentos de los 3 grupos de alimentos. Muchas verduras y frutas, cereales integrales y leguminosas, y alimentos de origen animal, prefieriendo los bajos en grasa como cortes magros, pescados, lácteos descremados, etc.
Deshacerte de ciertos alimentos no significa que no los vuelvas a consumir, sino sacarlos de tu día a día y reservarlos para determinadas ocasiones.
Organiza tu alacena y refrigerador de acuerdo con tus objetivos
Tener organizada tu alacena y tu refrigerador será de gran ayuda y te hará más sencilla la vida. Y si, además, los ordenas con el objetivo de llevar una alimentación más saludable, será más fácil cumplirlo. Pon las frutas y verduras en recipientes de cristal y a la altura que sea lo primero que veas, recuerda que de la vista nace el amor. También ten a la mano alimentos que te ayudan a llevar una dieta equilibrada, como pechuga de pavo, lácteos descremados, bebidas bajas en calorías, etc. Así, cuando abras ya sea la alacena o el refrigerador en busca de algún refrigerio o bebida, los elegirás con más facilidad y al haber una selección de alimentos adecuados que serán tus aliados para un estilo de vida más saludable.
Planea tu menú semanal y apégate a él
Si planeas un menú al inicio de la semana, podrás comprar únicamente lo necesario para preparar la comida de esos días, evitando alimentos vencidos en tu despensa, minimizando los desperdicios y la posibilidades de comer antojos fuera de tus comidas establecidas, recuerda que pueden ser desayuno, comida y cena y dos refrigerios.
Toma en cuenta tus gustos, tu tiempo y tus posibilidades
Al planificar tus menús semanales, sé realista sobre lo que realmente vas a consumir, descartando aquellos alimentos que no disfrutas y considerando el tiempo que tienes para comprar y cocinar tu comida. Si hay un día en que llegarás más tarde a casa, planea alimentos más sencillos, mientras que, el día que sabes que tendrás más tiempo, puedes optar por platillos más elaborados. También puedes dedicar un día a dejar por ejemplo fruta y verdura picada o a preparar otros platillos que puedes congelar. De este modo, podrás comer saludablemente sin que esto se convierta en una carga o un disgusto.
Siguiendo estos consejos, tendrás los alimentos más saludables y ricos a tu disposición y las condiciones más favorables para cocinarlos. Esto te hará la vida más fácil e, incluso, te ayudará a reducir el estrés del día a día, evitando la ansiedad por comer cualquier cosa. Por si fuera poco, tu salud se verá beneficiada al alimentarte de forma equilibrada a diario, sin recurrir a un menú improvisado.
Con orden en tu cocina disfruta al máximo alimentos ricos y saludables que sin duda te darán más felicidad en el día a día y contribuirán a mejorar tu salud.
Vía: Veintitantos.