Reglas de supervivencia si te mudas con tu novio

La decisión de dejar la vida que conoces para comenzar un nuevo hogar con la persona que amas no es fácil. Desde elegir los muebles que mejor van con su gusto y estilo de vida hasta lidiar con problemas y situaciones del día a día, son solo algunos de los ajustes que tendrás que tomar en cuenta si deseas mudarte con tu novio. Debido a lo anterior, es de suma importancia que antes de que comiencen los planes, leas estas cinco reglas básicas de supervivencia.

Dejar atrás lo conocido 


La primera regla es tomar en cuenta que muchas cosas cambiarán a partir del minuto uno que te encuentres por primera vez fuera de tu antiguo hogar. Ya no verás a tus padres todos los días, tus hermanos no entrarán a tu cuarto para tomar tus cosas sin permiso o (en caso de que hayas vivido sola) no tendrás esos largos ratos de silencio para meditar y hundirte en tus pensamientos. Vivir con tu pareja cambia todo, y lo más normal es que las primeras semanas te preguntes más de una vez ¿que he hecho? Lo importante es saber que todo es parte del proceso y que con el tiempo comenzarás a disfrutar de cada instante de tu nueva rutina.

Adaptarte a sus hábitos


Cada cabeza es un mundo y lo peor que puedes hacer al mudarte con tu pareja es esperar que haga las cosas tal y como a ti te gustan. Puede que él sea un desastre y tú una maniaca del orden o visceversa. El punto es saber llegar a acuerdos para que ambos comprendan al otro pero también se esfuercen por mejorar cada día. No pasa nada si un día dejas pasar que la tapa del baño esté arriba, siempre y cuando él también ponga de su parte e intente bajarla de vez en cuando.

Cuentas claras, amistades largas


Una regla básica es desde un inicio aclarar quién va a aportar qué en la casa. No importa qué tan sencillo te parezca este punto, pues en un futuro se ahorrarán grandes peleas con respecto al tema económico. Una gran idea es que saquen la proporción de lo que pagarán de acuerdo al sueldo de cada uno.

Ayudar equitativamente


La responsabilidad de tener la casa limpia, de cambiar el foco fundido, de pintar las paredes y en general de todo lo que necesite mantenimiento es de ambos. Tú no estás obligada a lavar los platos todos los días ni a cocinar todos los días y él no es el único responsable de arreglar la tubería rota. Entre los dos, resolver los problemas será más fácil y rápido.

Aprender todos los días


Vivir en pareja es una experiencia completamente nueva. Sin embargo, es también un gran aprendizaje. Todos los días se les presentará a ambos una nueva lección que los ayudará a que juntos se superen y mejoren en aspectos que antes probablemente no habían imaginado.

Vía: VOGUE.


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