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Muchos toman el sueño de forma muy ligera y ponen en riesgo su salud con muchas vigilias. Sin embargo, varios estudios han demostrado que este ciclo es tan importante como otras necesidades básicas del ser humano, y dormir poco puede acarrear severos trastornos en el sistema nervioso. Aunque suene increíble, entre sus consecuencias también está que afecta a las relaciones de pareja.
Egoísta e irritable
De acuerdo con varias universidades de Estados Unidos, el trastorno de sueño puede generar en el individuo actitudes egoístas con su entorno familiar. Esto implica que la persona afectada por la falta de sueño pondrá en primer lugar sus necesidades antes que las de su pareja. ¿Cómo puede un esposo o esposa irritable por la falta de sueño resolver un conflicto de forma pacífica y racional para llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes?
Menos sueño, menos ganas
Se ha demostrado que la falta de sueño afecta la libido, es decir que disminuye el deseo sexual del cónyuge afectado, además de su rendimiento. Una investigación de la Universidad de Chicago que hizo una prueba en 10 hombres con edades promedio de 24 años confirmó que quienes dormían menos de 5 horas presentaban bajos niveles de testosterona, la hormona responsable por el deseo y la producción de espermatozoides.
Esto también afecta a las mujeres, pues, cuando estas han dormido poco, pueden llegar a estar más irritables de lo normal. Esa misma irritabilidad hace que la interacción con los esposos pueda ser un poco tosca y pone en peligro el matrimonio.
The Journal of Sexual Medicine publicó una investigación donde se demuestra que la falta de sueño también afecta la parte sensorial. Entonces, disminuye la calidad de la excitación al estimular los genitales. Las personas que duermen poco suelen perder la sensibilidad en sus zonas erógenas y, por ende, obtener menos placer en comparación con aquellos que cumplen su ciclo de ocho horas diarias.
Dormir es la clave
Otro de los estudios que confirman esta idea afirma que aquellas personas que dormían más tenían una tendencia a ver la vida con mayor optimismo que quienes dormían menos. Esto demostraría que una persona sin una mente lo suficientemente relajada no tendrá la capacidad de sortear con un mayor grado de realismo las dificultades en su relación amorosa. Al ver la vida de una forma negativa, nos sentiremos incapaces de solucionar cualquier inconveniente en la pareja.
No hay excusas. Duerme las ocho horas reglamentarias y ¡sé feliz!
Por: LILIHANA LARA AREVALO.
Vía: iMUJER.