Sandía (45 kcal)
Algunas poseen más licopeno (un sustancia con gran poder antioxidante) que el propio tomate.
También es rica en L-citrulina, que ayuda a rebajar el dolor muscular.
Fresa (48 kcal)
Estas pequeñas frutas rojas atesoran un flavonoide, la fisetina, que podría prevenir el alzhéimer.
Su ácido salicílico tiene un efecto antiinflamatorio y anticoagulante.
Melón (54 kcal)
Tras la sandía, esta es la fruta con más cantidad de agua (92%).
El cantalupo contiene una sustancia llamada zeaxantina, que protege la salud ocular.
Ciruela (70 kcal)
Si no cede al presionarla, déjala madurar (siempre es mejor fuera de la nevera).
Las ciruelas tienen sorbitol. ¿Te suena? Es una sustancia que está también en los chicles y tiene efecto laxante.
Plátano (71 kcal)
Es una fruta que por su composición tiene un efecto saciante y ayuda a eliminar líquidos.
Por sus componentes también aporta vitalidad, casi como lo hace una bebida deportiva, según ha revelado un estudio.
Melocotón (78 kcal)
. De hecho, la piel de la fruta es hasta 7 veces más alérgica que su pulpa ya que posee unas proteínas que actúan como de "defensa" y que causan reacción en algunas personas.
Por su riqueza en betacaroteno y vitamina C es una fruta que protege del envejecimiento.
Albaricoque (78 kcal)
Su provitamina A protege de la sequedad y de la pérdida visual.
Manzana (96 kcal)
Se puede comer con piel, de hecho es donde concentra su mayor valor protéico.
. Ahí está, entre otros, el ácido ursólico, que ayuda al mantenimiento de los músculos. Por ello es perfecta tras hacer deporte.
Eso sí, hay que lavarlas muy bien porque su piel absorbe muchos pesticidas. A ser posible, elígelas ecológicas.
Vía: Saber Vivir.