Hábitos que te hacen perder dinero

Esa moneda no la vas a volver a ver (por mucho que pienses que sí)


Llegar a casa y no dejar cada objeto en el lugar correspondiente al vaciarte los bolsillos o el bolso, es perder dinero. Lo es por mucho que cuando lo hagas pienses que no. Esas monedas que vas dejando por ahi, es posible que acaben debajo del sofá, debajo de la cama o en la basura. Porque sí, la pereza muchas veces nos puede y nos puede el 'lo pongo luego'. Si pudieses sumar todos los pesos que has perdido en el sofá y por la casa a lo largo de tu vida, posiblemente te darías de topes.


No apagar correctamente los aparatos electrónicos


Todos, sin excepción, desobedecemos esta premisa. Ya sea por pereza o simplemente por rutina, dejamos encendidos todo tipo de electrodomésticos durante largos periodos de tiempo. Un error fatal si lo que pretendemos es no gastar. Además de suponer el 20% del total de la factura, este mal uso de los aparatos eléctricos representa el 1% de los gases invernadero que se emiten a la atmósfera. ¿Cómo podemos solucionarlo? Fácil: sólo tenemos que comprar un regulador automático cuya luz servirá de recordatorio a la hora de irnos a dormir.

Deshacerte de determinadas cosas demasiado rápido


Esa cortina no hay que tirarla, simplemente hay que darle un buen lavado y parecerá nueva. Situaciones como esta se repiten cada día y nos hacen gastar más de la cuenta cuando no es necesario. Cuando te plantees tirar algo, hazte primero estas preguntas.

Comprar agua embotellada


Además de poco ecológico es un gasto mensual importante con el que tenemos que contar. Utiliza filtros de agua pero si este gasto es inevitable, intenta consumir de forma responsable.

Exceso de lavadoras


El precio del detergente y el suavizante es uno de los más elevados en el ticket de tu compra. No te invitamos a sacar tu lado sucio, todo lo contrario. Te animamos a sacar tu lado comprometido que además te hará ahorrar dinero. No todo tiene que lavarse tras un solo uso. Fuera manías y juzga bien antes de enviar una prenda a la cesta de la ropa sucia.

Vía: Architectural Digest.


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