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Generalmente, los celos se presentan de manera más intensa cuando se refiere a una pareja (o prospecto de pareja). Si observamos que esa persona convive con alguien más y le ofrece muestras de cariño, es probable que nuestra imaginación comience a trabajar y pensemos en toda una historia que en realidad no nos consta. Esta idea nos tortura, nos hace sentir inseguros y buscamos la manera de evitar que la persona en cuestión se relacione con otros.
Aunque todos hemos estamos celosos por lo menos una vez en nuestra vida, existe una patología llamada Síndrome de Otelo, la cual se caracteriza por celos desmedidos. Este síndrome puede tener serias consecuencias sociales, pues la persona no controla sus reacciones.
Un poco de historia
El padecimiento toma su nombre de la obra de teatro ‘Otelo’ de William Shakespeare. En esa historia un personaje llamado Yago le insinúa a Otelo -el protagonista-, que su esposa le está siendo infiel. Otelo no se percata de las intenciones de Yago y cree en todo lo que le dice, al grado de que enfurece tanto que ahorca a su mujer Desdémona.
Síntomas
Quienes padecen el Delirio de celos monosintomático (nombre con el que también se le conoce) llevan a cabo actividades como revisar el celular de su pareja, seguirlo sin que se dé cuenta, monitorear cada minuto de su día, husmear en la cartera o el bolso de la persona -en busca de recibos, boletos o cualquier cosa que ‘compruebe’ una infidelidad, entre otros.
Por si fuera poco, el individuo tiene una percepción errónea de los hábitos y el comportamiento de su pareja. Acostumbra maximizar cualquier cambio o variación en la rutina, aunque esto en realidad no signifique nada importante. Por ejemplo, si la otra persona cambia de peinado o compra ropa nueva (aunque sea algo común), el paciente pensará que es para agradarle a alguien más.
Además, la persona que experimenta los celos desmedidos tendrá reacciones sumamente violentas hacia su pareja, las cuales incluso pueden derivar en su muerte. El sujeto se muestra tan iracundo, que no le importa causar daño físico, psicológico y emocional a su compañero o compañera.
De acuerdo con Walter Ghedin, psiquiatra entrevistado por la BBC Mundo: «Cuando se llega al extremo del homicidio es que existe otro tipo de personalidad patológica de base como la paranoia o un delirio celotípico». Así, los celos son considerados un problema mental cuando interfieren con las actividades cotidianas del paciente y lo llevan a lastimar a otra persona.
Conforme el padecimiento avanza, el paciente pierde la capacidad de diferenciar la realidad de los pensamientos que elabora, en torno a la supuesta infidelidad. No toma en cuenta las ‘evidencias’ reales, lo único que le importa son las sospechas que él mismo alimentó, aunque no tengan fundamento.
Dado que el Síndrome de Otelo va más allá de los celos comunes, es necesario que quien lo padece busque ayuda especializada. Un psicólogo o un psiquiatra será el encargado de atender al paciente.
Por: VANESSA MENA.
Vía: iMUJER.