1. COCCIÓN AL VAPOR
La cocción al vapor es uno de los métodos más saludables para cocinar tus alimentos. En el caso de las verduras, les permite conservar su color, sabor textura y nutrientes, por lo cual es una forma que debes privilegiar si quieres perder peso. Puedes hacerlo con una vaporera, una canastilla amovible (la encuentras en cualquier supermercado), o colocando bolitas de aluminio en la base de la olla, vertiendo agua y colocando un plato más pequeño encima con los alimentos que quieras preparar. Tapa la olla, calienta a fuego medio y espera aproximadamente 20 minutos, revisando el nivel de agua de tanto en tanto.
Alimentos que te recomendamos cocinar al vapor: todo tipo de verduras, judías verdes y pescado.
2. COCCIÓN A LA PARRILLA
Cocinar tus alimentos a la parrilla tiene la ventaja de ser relativamente simple, además permite que la grasa y el líquido de las carnes escurra, dándoles una mejor textura. El grill da a tus ingredientes un sabor característico que hace prácticamente innecesario condimentarlos después. Lo único que hay que cuidar es que tus verduras o carnes no se quemen, ya que ingerir esas partículas puede ser nocivo para la salud a largo plazo.
Este tipo de coccióin es ideal para: verduras firmes como calabacín, pimientos o berejenas, carnes rojas, aves y pescados.
3. COCCIÓN A LA SARTÉN
Una de las formas de cocinar más comunes en los hogares, debido a la facilidad y rapidez de cocción. Tiene la ventaja de que puedes añadir salsas o caldo para obtener guisados con distintas texturas. Si lo que buscas es perder peso, te recomendamos tener sartenes de teflón en buen estado, lo cual evitará que agregues aceite al momento de cocinar (además de que tu comida quedará preparada de manera uniforme). Si vas a saltear verduras, basta con un chorrito de aceite de oliva para darle sabor.
Este tipo de cocción es ideal para todo tipo de alimentos.
4. HERVIR
Cocinar los alimentos en agua hirviendo es uno de los métodos más sencillos y saludables, ya que basta con sumergir los ingredientes y esperar de 15 a 20 minutos. El único inconveniente con este tipo de cocción es que muchos de los nutrientes presentes en los alimentos terminan en el agua. Si quieres estar seguro de aprovecharlos al máximo, lo mejor es utilizar el caldo en otras preparaciones.
Este tipo de cocción es ideal para preparar carnes, frutas, vegetales, sopas, arroz, pasta y leguminosas.
5. COCCIÓN AL HORNO
Se trata de un tipo de cocción un poco larga y laboriosa, pero los resultados suelen ser mejores que en los otros casos. El calor del horno realza los sabores de los ingredientes, conservando además sus propiedades. Otra de sus ventajas es que se requiere de poca supervisión, por lo cual puedes dejar el platillo cocinándose mientras haces otras cosas.
Este tipo de cocción es ideal con cualquier tipo de alimento. Eso sí, hay que tener cuidado con cremas, bechamel o queso rallado si queremos platillos más ligeros que nos ayuden a perder peso.
Vía: Rebañando.