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Facebook, Instagram y Twitter han cambiado mucho la forma en la que consumimos las noticias y también la forma en la que nos comunicamos, pero no todos los cambios han sido para mejor. Según un estudio de Mediakix, la persona promedio va a pasar cinco años chequeando las redes sociales en su vida. Pasamos muchas horas de nuestros días revisando nuestras cuentas en las redes sociales y eso nos está afectando de maneras que no imaginabas.
Puedes volverte adicto
Si usas redes sociales entonces sabes lo difícil que es resistir la tentación a revisarlas de vez en cuando. Si bien la adicción a las redes sociales no es un diagnóstico formal, pero la adicción al Internet sí lo es, y el uso excesivo de las redes sociales puede ser parte de ella.
Según un estudio de la Universidad Nottingham Trent, la adicción a las redes sociales puede ser un problema que necesite de atención profesional. No se trata de que una persona revise muchas veces su cuenta de Facebook, sino que por hacerlo descuide otros aspectos de su vida. Los investigadores descubrieron que el uso excesivo está vinculado a problemas en las relaciones, malos resultados académicos y menos participación en comunidades en la vida real.
Prestamos menos atención
Una persona promedio pasa menos de un minuto en una página web y lee menos del cuarto de un texto, según un informe del Grupo Nielsen. Por eso los textos son cada vez más cortos y los videos también. Las redes sociales e Internet en general están afectando nuestra capacidad de atención.
De hecho, parece que tenemos menos capacidad de atención que un pez, al menos eso según un estudio realizado por Microsoft Corp. en 2015 y que sostiene que las personas pierden su capacidad de concentración después de ocho segundos, mientras que un pez lo hace después de nueve. Ese estudio ya fue debatido, pero el hecho persiste: la inmediatez y la cantidad de contenidos que tenemos al alcance de nuestros dedos está afectando el tiempo que dedicamos a prestar atención a las cosas.
Puede causar depresión
Las redes sociales son irónicas: por una parte nos acercan a personas que están del otro lado del mundo, y por otra nos aislan por completo. Eso sucede porque tenemos acceso directo a la vida de los demás y casi inconscientemente terminamos comparándonos con ellos.
Según un estudio de la Universidad de Lancaster, compararse con los demás en las redes sociales puede hacerte más propenso a la depresión y el «mericismo» (cuando pasas tiempo offline, pero sigues pensando en un post en Facebook), puede empeorar las cosas. Claro, las causas de la depresión son mucho más complejas que solo usar Facebook, pero la constante comparación con la vida de los demás no ayuda con la salud mental.
Más «amigos» no significa más apoyo
La cantidad de seguidores que tienes en Instagram no significa que seas una persona más sociable. La mayoría de nosotros tenemos pocos lazos fuertes y al final estos son más importantes que los cientos de amigos virtuales que podamos generar en las redes sociales.
Puedes creer que estás siendo muy sociable por interactuar con otras personas en Facebook, pero los vínculos que realmente importan están fuera de las redes sociales y necesitan más trabajo que unos cuantos likes.
¿Cómo podemos evitar estos efectos negativos?
No todo lo relacionado a las redes sociales es necesariamente malo. Usarlas nos puede ayudar a encontrar viejos amigos y seguir en contacto con seres queridos que viven lejos, pero como con muchas otras cosas, su uso excesivo puede tener efectos negativos.
No deberíamos dejar de disfrutar de toda la diversión de ver videos en YouTube y mirar las fotos de nuestros amigos en Instagram, pero hace falta ser conscientes de nuestro uso y hacer ciertas cosas para evitar que nos afecte. El psicólogo Greg Kushnick, recomendó hacer las siguientes cosas para disfrutar nuestras redes sin miedo:
- Busca vivir de forma auténtica: no dejes que la presión de cómo los demás viven sus vidas (o al menos como las muestran en las redes) dicten cómo debes vivir la tuya.
- Se consciente del precio que puedes pagar por darle tanto valor a la «perfección» de las redes.
- Acepta tus imperfecciones y muéstralas en las redes sociales.
- Reemplaza el prejuicio por la empatía cuando encuentres personas que caen por el encanto de las apariencias en las redes sociales. Si no juzgas duramente a los demás, también serás más amable contigo, según el psicólogo.
- Si las redes te hacen sentir muy mal, lo mejor es que te tomes unas «vacaciones» por una semana o dos.
De esa forma podrás disfrutar todo lo que Internet tiene para ofrecernos (que es mucho) y aprovechar todo lo bueno que trae, pero sin pagar un precio con tu salud mental.
Por: VALENTINA ESPONDA.
Vía: iMUJER.