Cuando le preguntamos a las personas qué características buscan en un amigo, generalmente responderán que alguien con quien divertirse, en quien confiar y que esté con ellos en los peores y mejores momentos. De lo que no se dan cuenta es de que la amistad muchas veces surge antes de conocer a alguien a profundidad.
Existe una visión idealizada del amor en la que, de acuerdo con una encuesta publicada en el Wall Street Journal, más del 50% de hombres y mujeres creen en el amor a primera vista. No se tiene la misma visión en la percepción de la amistad, aunque el contacto inicial también suele ser determinante para decidir si queremos seguir tratando a otros o no.
Algunos lo llaman conexión, otros dicen que es química... Lo cierto es que esa decisión se da en unos pocos segundos, ya que no necesitamos más de un minuto para formar la primera impresión de alguien.
Igualmente, un estudio publicado en Nature afirmó que hay dos áreas que se activan cuando conocemos a alguien: la de la emoción y la corteza cingulada posterior; ésta última es la que nos ayuda a tomar decisiones y asignarle valor a las cosas. En cuanto a las personas, esta corteza primero les asigna un "valor", y luego decide la postura que tomamos en relación a ellas.
Kelly Campbell, profesora de Psicología de la Universidad de California dijo en una entrevista con New York Magazine por qué una amistad puede surgir "a primera vista": "¿Cuáles son las cosas que nos importan de un amigo? Queremos a alguien divertido, una persona con quien podamos disfrutar… buscamos en un amigo apoyo emocional, apoyo social, lealtad y confianza, y, sobre todo, alguien que no nos juzgue [...] cuando ves a alguien por primera vez, sin darte cuenta estás recopilando información en cuestión de segundos sobre si esa persona puede completar todas tus necesidades".
Campbell se dio a la tarea de investigar la "química de la amistad", y descubrió que existe una conexión instantánea entre amigos que sentimos naturalmente desde el primer momento. También los elegimos por experiencias pasadas y por la primera impresión que generan, así que de la sensación agradable o desagradable que experimentemos al momento de la convivencia, dependerá el acercamiento o distanciamiento posterior.
Vía: VANIDADES.