Este tipo de actos tienen sus riesgos, aunque siempre se pueden tomar precauciones y ser consciente de lo que se hace. Repasamos ahora algunas de las recomendaciones que hay que tener en cuenta si se realizan algunas de estas prácticas.
Limpieza del agua
El estado del agua puede repercutir en tu salud. Es algo obvio, pero hay veces que el agua parece más limpia de lo que realmente está. Puede ser un nido de bacterias que desencadene en infecciones urinarias. Incluso, si se ha excedido en el uso de productos como el cloro, pueden aparecer hongos.
Poca lubricación
El preservativo puede sufrir durante la práctica sexual en el agua. A pesar de que se tiende pensar lo contrario, la lubricación no es tan buena como en un lugar seco y puede provocar que el anticonceptivo se rompa con mayor facilidad. Este hecho hace que se puedan contraer enfermedades de transmisión sexual con mayor facilidad si no se conoce el historial médico de la otra persona. También se recomienda que el condón se coloque y se retire fuera del agua.
Sequedad e irritación
Como se ha comentado anteriormente, el agua no ayuda a lubricar. Además de poder estropear los preservativos, también pueden provocar sequedad o irritación. Asimismo, la arena de la playa juega su papel, pudiendo provocar infecciones e irritar la piel.
Vía: La Nueva España.