El problema no es que los demás sean mejores, es que nosotros conocemos cada pequeño y feo detalle de nuestras vidas, mientras que del otro solo vemos la imagen que ellos quieren proyectarnos.
La bloguera finlandesa Sara Puhto se animó a mostrar las dos caras de la moneda en Instagram y, al hacerlo, reveló las trampitas en las que caen muchas chicas a la hora de tomarse fotos.
La tecnología de por medio
Resulta que, muchas veces, lo único que diferencia a una chica normal de una diva de Hollywood es un poco de magia digital. Lo más seguro es que las modelos de Victoria's Secret también tengan sus malos días, o le salgan granitos, pero, a diferencia de nosotras, tienen un equipo dedicado a borrar todas las imperfecciones.
Con tantas celebridades que muestran imágenes alteradas (a veces al extremo) para mostrarse lo más perfectas posibles, una chica que se atreve a mostrar el cuerpo en sus formas más naturales, aunque menos favorecedoras, es como una bocanada de aire fresco y un ejemplo para las personas que se pueden sentir menos por no verse como su estrella favorita.
La pose lo dice todo
Una foto es como la punta de un iceberg. Una selfie de Kim Kardashian debe de tomar su tiempo, pero su efecto es inmediato y no vemos todo el trabajo que hay detrás, todas las poses armadas y tips para meter la panza y evitar que se le vea la papada. Lo único que vemos es una chica atractiva y, para los más impresionables, una imagen del cuerpo que desearían tener.
Por eso es tan necesario y tan importante que chicas jóvenes como Puhto muestren que no todo es lo que parece. ¡Hasta Lorde lo hizo!
Talles insidiosos
Según ella muchas veces nos enfocamos tanto en llegar a un determinado número en la balanza que nos olvidamos de las cosas que importan, como la salud. No importa si eres talla cero o diez, lo que si importa para la bloguera es que «sigas lo que siente tu cuerpo y encuentra un buen balance que te haga feliz».
No todo lo que brilla es oro
A los trece años una operación por escoliosis la dejó con una barra de titanio en la columna vertebral y un dolor que la empujó a la depresión y cerca del suicidio. Afortunadamente, con la ayuda de una dieta balanceada y ejercicio, logró recuperar sus fuerzas y ahora promueve que cada una ame y acepte su cuerpo tal cual es, con rollitos y todo.
Por: VALENTINA ESPONDA.
Vía: iMUJER.