Mientras que muchas mujeres que desean convertirse en madres temen que el reloj biológico las rebase, los investigadores sugieren que existen beneficios el esperar y tenerlos después de la edad "normal".
El estudio, descarta lo que muchos afirmaban con respecto a los riesgos que corrían los niños de oadecer enfermedades como autismo, esquizofrenia, Síndrome de Down o malformaciones congénitas. Los especialistas analizaron los datos de más de 1,5 millones de hombres y mujeres nacidos entre 1960 y 1991, examinando la relación entre la edad de la madre al momento del nacimiento y la altura, estado físico y nivel educativo de sus hijos.
Encontraron que con el paso de los años, la gente tenía más oportunidades de salud y educación. Posteriormente. los especialistas compararon hermanos que compartían los mismos padres y que crecieron en el mismo ambiente familiar y llegaron a la conclusión de que la edad de la madre al momento en que estos nacieron, había sido determinante en su formación.
"Retrasar la maternidad significa tener un hijo con un año de nacimiento posterior", afirmaron los especialistas. Esto parece obvio pero es claro que el entorno no es el mismo este año, que el siguiente. "Una diferencia de diez años en la edad materna se acompaña de una década de cambios en las condiciones sociales y ambientales por lo que los riesgos de tener hijos a edad avanzada, se contrarrestan o superan con los cambios positivos en el medio ambiente", afirman. Por ello, cuando las mujeres retrasan la procreación a edades más avanzadas sus hijos tienden a ser más sanos, más altos y con más educación, por lo que los niños tienen mejores calificaciones en la escuela y más probabilidades de ir a la universidad.
"Los beneficios asociados con el nacimiento en un año posterior compensan los factores de riesgo individuales que surgen de nacer de una madre mayor", afirmaron los expertos.
Así, las madres primerizas de más de 30 años, tienden a ser más educadas, tener ingresos más altos, más probabilidades de estar en relaciones estables, un estilo de vida más saludables y una mayor conciencia en cuanto a la planificacion familiar y su salud". Sin duda, estos cambios positivos hacen que sea más fácil para las madres mayores brindar mejor atención hacia sus hijos, lo cual es en definitiva determinante para su desarrollo intelectual.
Por: Karen Hernández.
Vía: NuevaMujer.