Los celos deben ser tratados como algo natural y que puede resolverse con dos ingredientes esenciales: el amor y la paciencia. Aunque usualmente están acompañados de una reacción negativa, es conveniente armarse de paciencia y poner siempre por delante el amor que tenemos a nuestro hijo. Podemos intentar que cambien su actitud, no a través de regaños u obligarlos a pedir disculpas.
La mejor forma de evitarlos o tratarlos es que comprendamos su actitud y hagamos lo necesario por apartar de su mente cualquier idea equivocada, dándole plena seguridad en ellos y en nuestro amor hacia ellos.
Vía: Padres e Hijos.