La magia de la Mezquita Azul en Estambul

El horizonte urbano de Estambul no se entiende sin la presencia de los seis minaretes que flanquean la Mezquita Azul, apuntando al cielo. Hablamos del edificio más bello y espectacular de esta ciudad entre dos continentes, la prodigiosa maravilla que ordenó construir el sultán Ahmet I a principios del siglo XVII, cuando el Imperio Otomano vivía su época dorada.

Cada mañana los rayos de sol hacen brillar los mosaicos y las cubiertas de sus cúpulas, ofreciendo al espectador un juego cromático entre verdes y azules (de ahí el nombre de esta mezquita). Por otra parte, los minaretes indican la importancia de este edificio dentro del mundo musulmán. Son seis, lo que señala su importancia: sólo hay en el mundo islámico una mezquitas con un número mayor de alminares: la Mezquita de la Kaaba en La Meca, Arabia Saudí.

Pero si el aspecto exterior la Mezquita Azul es impresionante, el interior no se queda atrás. Tres grandes portales dan acceso al patio central, donde no hay techo. En su centro se ubica el sardivan, una gran fuente hexagonal de piedra gris destinada a las abluciones de los fieles.

La magia de la Mezquita Azul en Estambul



Tras el patio se abre la llamada Sala de las Plegarias, que está completamente cubierta de alfombras. La luz exterior penetra en ella a través de 26 ventanales alineados en cinco niveles, reflejándose en los miles de azulejos de Izmir pintados a mano que decoran los muros. Este juego de luces y sombras dibujan una atmósfera mística y cautivadora. Gruesos pilares sostienen la gigantesca cúpula situada a 43 metros de altura, uno de lso grandes hitos de la arquitectura religiosa otomana.

La Mezquita Azul se encuentra en el corazón del barrio de Sultanahmet, curiosamente justo en frente de la Iglesia de Santa Sofía, la otra gran maravilla de Estambul. Está abierta a los visitantes a diario de 9:00 a 18:00 horas, si bien las visitas están prohibidas durante los momentos de oración. La entrada es gratuita pero es usual hacer una pequeña donación a la salida. Para acceder a su interior hay que descalzarse y por supuesto llevar una vestimenta respetuosa.

Vía: Dónde Viajar.


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