Hace siglos que intentamos entender cómo funcionan las relaciones amorosas, hemos invertido muchos esfuerzos intentando dilucidar la mente masculina y viceversa. Es un esfuerzo constante, que creo no está cerca de terminar.
En 1986, John Gottman y Robert Levenson crearon el “Laboratorio del amor” en la Universidad de Washington con el fin de estudiar las interacciones entre parejas. Los investigadores invitaron a miles de parejas a participar del experimento y conectaron electrodos para medir la actividad fisiológica.
Durante los estudios les realizaron una serie de preguntas sobre cómo se habían conocido, cómo era su relación y cuáles era los momentos más felices. Mientras tanto, se les medía la frecuencia cardíaca y la producción de sudor.
Seis años más tarde, Gottman volvió a citar a las parejas y los dividió en dos grupos: los “Maestros” y los “Desastres”. La clasificación es bastante obvia, ¿verdad?
- Desastres: eran esas parejas que en las entrevistas se veían serenas, pero sus datos mostraron un aumento en la frecuencia cardíaca y un alto flujo sanguíneo. En definitiva, mostraron excitación al hablar de su pareja, les causó un estrés significativo. Gottman determinó que las parejas con este tipo de actividad fisiológica se deterioran más rápido.
- Maestros: Estas parejas mostraron baja excitación fisiológica durante los estudios; se mostraron calmos y conectados con su pareja, lo que los lleva a tener un comportamiento más cariñoso y cálido. Las parejas “maestras” mostraron confianza e intimidad entre sí, lo que da como resultado una relación emocional físicamente cómoda.
¿Cuál es el secreto?
Gottman era un científico incansable, necesitaba tener todas las respuestas, por lo tanto decidió continuar con su estudio. Invitó a 130 parejas de recién casados a pasar el día en el “Laboratorio del amor” para poder observar cómo interactuaban entre sí.
Descubrió que las parejas que hacían conexión, eran aquellas que mediante algún tipo de declaración buscaban en su pareja interés y apoyo.
Por ejemplo: Si la esposa le dijera al marido: “Oh, mira que lindo cachorrito” la respuesta de su marido es esa conexión.
El amor es de las cosas más difíciles de entender, pero es por el que el hombre es capaz de hacer cualquier cosa. Y esa es exactamente la receta para que tu amor dure para siempre, que no falte amor.
Parece tonto, ¿verdad? Sin embargo, muchos de nosotros nos olvidamos que estamos en pareja por el amor que sentimos por el otro y no por la familia, la conveniencia o el miedo a la soledad. Nuestra bandera debe ser el amor y eso es lo que hará que seamos felices, encontrar en otro una compañía, un amigo y un amor. ¡Si eso está no falta nada!
¿Tú crees en el amor?
Por: Valentina De Anda.
Vía: iMUJER.