Comer tres tazas de bayas frescas o congeladas a la semana puede reducir tu riesgo de padecer de cáncer uterino hasta en un 33 por ciento.
La fibra que se halla en estas frutas —frambuesas, fresas, moras y arándanos— bloquea la absorción de carcinógenos en el tracto digestivo, que son dañinos para el útero.
A la vez, los pigmentos de las bayas aumentan la habilidad de las células blancas de la sangre para destruir los crecimientos precancerosos.
Por: Giselle Balido.
Vía: VANIDADES.