A todos nos ha pasado al menos una vez, de tener el alma tan destrozada que no sabemos hacia qué lado mirar o hacia qué sitio correr. En algún momento, hemos sufrido una desilusión tan grande que parece que apagaron una parte de nosotros, sin embargo, es en ese momento que tenemos que ser capaces de perdonar.
El perdón no modifica la historia, pero alivia el dolor, nos ayuda a entender nuestro problema de forma distinta. Poder perdonar es darle a tu cuerpo la posibilidad de sanar psíquicamente.
Cuando algo que consideramos injusto nos pasa y nos lastima, debemos saber que para poder seguir adelante, el primer paso es perdonar y perdonarse. Solo así los pensamientos negativos se irán y con ellos las malas energías que nos dañan.
¿Perdonar es olvidar?
Para perdonar no necesitamos borrarnos la memoria, solo debemos tener la capacidad y las ganas de hacerlo. Las experiencias dolorosas no se borran tan fácilmente, de hecho, no es bueno que lo hagamos ya que eso nos ayudará para acontecimientos futuros.
El perdón tiene que ver con dejar ir, todo aquello que nos dolió y nos duele debe irse para poder reiniciar nuestras vidas de la forma que nos lo merecemos.
La clave del perdón: Imperfección
Cuando logramos ver que somos seres finitos, que estamos destinados a pasar por este mundo de una manera fugaz y que todo lo que aquí hacemos aquí se queda, es cuando estamos en condiciones de mirar al otro y darnos cuenta que somos iguales. Quien nos lastimó o a quien hemos lastimado, son iguales que nosotros. ¿Qué nos hace pensar que esa persona no merece otra oportunidad? ¿Acaso nosotros no la merecíamos?
El perdón en una relación se da a raíz de lo que estamos dispuestos a aceptar, eso es verdadera sabiduría y verdadero amor.
Es duro, pero no imposible
Perdonar y perdonarse requiere de integridad y paciencia, pero sin duda, cuando lo hagas, sentirás como el estrés deja tu cuerpo y te invade la paz. Es una forma de poder seguir adelante y eliminar aquellas piedras en el camino que no nos permiten avanzar.
Inténtalo y cuéntanos cómo fue tu experiencia.
Por: Valentina De Anda.
Vía: iMUJER.