Aquí te dejamos 7 mensajes negativos que los padres le transmitimos comúnmente a nuestros hijos:
1.-”Calladito te ves más bonito”
Es normal que cuando estamos hablando entre adultos, los niños quieran intervenir o llamar la atención. Lo primero que hacemos los padres es indicarle con un dedo que guarde silencio o pedirle que se vaya. ¿Cómo lo interpretan los pequeños? Se vuelven pasivos y piensan que no vale la pena destacar, hablar y le restan importancia a lo que no les concierne.
2.-”Pórtate bien… o habrá consecuencias”
Asustar a un niño con una amenaza lo volverá inseguro. Es mejor decirle con calma las consecuencias de sus travesuras: “Si sigues saltando en la cama te puedes lastimar”, en ves de “si sigues saltando te voy a pegar”.
3.-”Quédate quieto”
Pedirle a un niño esto es más difícil para él que para ti. Es cierto: hay situaciones en la que debe estar tranquilo y en silencio, pero como padres debemos estar conscientes de que es sumamente difícil a su edad quedarse quieto como si se tratara de un adulto.
4.-”Esto no se hace así”
Cuando usamos esta expresión que esté desarrollando un niño, lo estamos viendo nuevamente como un adulto que ya debería saber cómo se hacen las cosas. Ten presente que los niños aprenden más por imitación y no por corrección.
5.-Mentiras blancas
¿Queremos evitar ver la tele con ellos o desean salir y nosotros quedarnos en casa? Es fácil decirles que no porque el televisor se descompuso o que el clima va a estar fatal. ¿Por qué no ser veraces para evitar que ellos tarde o temprano hagan lo mismo?
6.-Obligarlo a leer
Aunque como padres nos sintamos responsables de inculcarles el gusto por la lectura, al obligarlos asociarán esta actividad con un castigo (cuando debería ser un placer adquirido). Lo mejor es que tú leas y él imite este hábito para que lo adopte poco a poco.
7.-”No seas niña” (dicho a un niño)
Un recurso muy utilizado cuando el niño llora, se queja o tiene miedo. Esta frase tiene dos terribles consecuencias: la primera, es que le quitamos al niño el derecho de llorar y ser él mismo; la segunda, estamos inculcándole que las niñas son las miedosas y lloronas.
Recuerda que cada uno de los mensajes que mandemos a nuestros hijos pueden interpretarlos de manera diferente. Siempre hay que ser cuidadosos en qué y cómo les comunicamos las cosas.
Vía: Padres e Hijos.