Nos referimos al Lago McDonald, un lago que no se ha hecho famoso por ser el más grande de la zona (lo es, con 15 km de longitud), ni el más profundo (que también lo es, con una profundidad máxima de 141 metros). Su peculiaridad radica en varios aspectos que, en conjunto, ofrecen un bellísimo paisaje natural, difícil de encontrar en otro lugar del mundo.
El primer aspecto es la impresionante transparencia de sus aguas, algo que comparten todos los lagos del Glacier National Park; el otro aspecto es la baja temperatura de estas aguas, que dificulta la proliferación de plancton y algas. Pero lo más llamativo sin duda es la presencia en el lecho del lago de piedras y guijarros de los más variados colores.
Rojo, granate, marrón, blanco, amarillo, verde e incluso azul. La gama cromática de las piedras del Lago McDonald es enorme, sobre todo en la zona más occidental. Muchos turistas, los amantes del senderismo y el turismo de aventura que se dejan caer por allí, suelen cargar sus mochilas con algunas de estas bellas piedras, lo cual por cierto es ilegal y está castigado con severas sanciones económicas, pero ¿quién puede controlar la extracción de tan curioso souvenir?
Vía: Dónde Viajar.