En la mente de un niño con dislexia las letras se mueven y cambian de posición cuando leen un texto, lo cual les dificulta hacerlo al mismo ritmo que sus compañeros.
Al detectarse ese problema se recomienda que le expliquen en qué consiste, y que se lo hagan de manera positiva, para que no le afecte su autoestima.
Apóyalo para que dedique más tiempo a la lectura y la escritura. Recuerda la dificultad que ellos enfrentan y no pierdas la paciencia.
Por: Ingrid Bell.
Vía: VANIDADES.