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1. Té helado
El té helado casero no engorda (siempre que prescindamos del azúcar y lo sustituyamos por edulcorantes naturales). Su elaboración es la misma que si hiciéramos una infusión con la diferencia de que una vez se enfría, se mete al congelador o al frigorífico.
Para darle más sabor se puede recurrir a trocitos de fruta natural, jengibre rallado o ramas de albahaca. Las posibilidades son infinitas.
2. Café con hielo
Las calorías del café son prácticamente nulas. Una buena idea de consumirlo en verano es añadiéndole un par de cubitos de hielo. Eso sí, siempre sin azúcar.
3. Granizado de limón
Un granizado de limón no tiene tantas calorías como mucha gente puede pensar (aproximadamente unas 24 por cada 100 ml.). En cualquier caso, nuestra recomendación es hacerlo en casa para conseguir reducir su carga calórica.
Basta con poner a cocer agua con el jugo de dos limones, esencia de limón y un poco de edulcorante natural como Stevia. Se deja enfriar el agua y se mete al congelador, removiendo cada hora la mezcla para evitar que se haga un bloque. Y listo para disfrutar.
4. Zumo de tomate
Además de aportar muy pocas calorías, un zumo de tomate con un toque de pimienta consigue engañar a los nervios del estómago de manera que el cerebro piensa que está lleno y reduce las ganas de picar entre horas. Sano, rico y con muy pocas calorías.
5. Agua aromatizada
Digan lo que digan, el agua no engorda. De hecho tiene cero calorías. Una forma de consumirla este verano de manera más original y refrescante es aromatizándola con frutas o plantas como la hierbabuena o la menta.
Proponemos la siguiente receta: pela un kiwi y córtalo en rodajas. Introdúcelo en una jarra de cristal con agua (si se desea se pueden añadir unas gotas de Stevia y trozos de limón) e introdúcelo al frigorífico. Espera unas horas a que repose y se enfríe y prepárate para disfrutar de una bebida muy rica sin calorías.
Vía: Zeleb.es