Este 9 de septiembre se celebrará el Día Mundial del Síndrome Alcohólico Fetal pero ¿qué se sabe sobre este padecimiento?…

De acuerdo con especialistas en la materia, ingerir alcohol durante el embarazo incrementa considerablemente los riesgos a que el bebé presente este padecimiento. Cuando una mujer embarazada toma alcohol, éste atraviesa fácilmente la placenta hacia el feto. Debido a esto, el consumo de alcohol le puede causarle daño en su desarrollo.

Los síntomas que puede presentar un bebé para identificar este síndrome, son los siguientes:

  • Crecimiento deficiente mientras el bebé está en el útero y después de nacer.
  • Disminución del tono muscular y mala coordinación.
  • Retraso en el desarrollo y problemas en tres o más áreas mayores: pensamiento, lenguaje, movimiento o habilidades sociales.
  • Anomalías cardíacas como la comunicación interventricular (CIV) o la comunicación interauricular (CIA).
  • Problemas con la cara, como ojos pequeños y rasgados con pliegues epicánticos grandes, cabeza pequeña, maxilar superior pequeño, surco nasolabial liso y labio superior liso y delgado.

Para corroborar todos estos síntomas se deben realizar pruebas y exámenes pertinentes, ya que además de las características mencionadas, el bebé puede presentar también un soplo cardíaco u otros problemas del corazón. A medida que el bebé crece, puede haber signos de discapacidad en el desarrollo intelectual. Igualmente, puede haber problemas en la cara y los huesos.

Las mujeres embarazadas o que están tratando de quedar en embarazo no deben tomar ninguna cantidad de alcohol. Las mujeres embarazadas y que son alcohólicas se deben vincular a un programa de rehabilitación y someterse a un control estricto por parte de un médico durante todo el embarazo.

A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado que “desde que se acuñó la expresión hace 40 años, el Síndrome Alcohólico Fetal ha sido reconocido paulatinamente como problema de salud pública”.

En México no hay datos con respecto a este padecimiento; en 2011 la propia OMS detalló que “no existen cifras fiables sobre la prevalencia a nivel mundial, pero un estudio realizado en 2005 estimó que la incidencia mundial era de 0,97 por 1.000 nacidos vivos sobre la base de investigaciones llevadas a cabo en los Estados Unidos de América”.

Vía: VANIDADES.

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