El secreto de la cocina típica de Ibiza está en la calidad de la materia prima, sobre todo en el gran plato de la isla, el espectacular y delicioso Bullit de peix, un guiso de pescado que se sirve en una gran fuent y que va seguido de una arroz a banda preparado con el mismo caldo. Hay que dar una oportunidad a los vinos blancos de la isla para saborear este manjar. Disfrutar de todo esto en un restaurante junto al mar es una experiencia que no tiene precio.
Aunque el pescado es el rey, la carne no se uqeda atrás. Buenos ejemplos son el Arròs de matances, un clásico del otoño en la isla, o el Sofrit pagès a base de cordero, pollo, sobrasada, butifarrón y patata.
Para no quivicarse a la hora de elegir restaurante lo mejor es dejarse guiar por el distintivo Sabors d’Eivissa, que identifica a los locales que apuestan por los productos y sabores de Ibiza como base de su cocina, ya sea para seguir las recetas tradicionales como para experimentar con fórmulas innovadoras.
Y hemos dejado para el final los postres. El rey, sin duda, es el Flaó, una deliciosa tarta elaborada a base de queso de cabra y oveja y hierbabuena, sin menospreciar la greixonera, una suerte de puding a base de ensaimadas, leche y huevo. Para cerrar la comida, un café y un digestivo. En este caso las Herbes eivissenques (diferentes a las de Mallorca) o la Frigola, el popular licor de tomillo de la isla.
Vía: Dónde Viajar.