Según el gran maestro del té chino Xiangning Wu, es principalmente su rareza lo que convierte a esta variedad de té en algo tan especial y tan caro. Las plantas de Da Hong Pao sólo crecen en las montañas Wuyi, en la provincia china de Fujian. Sólo hay seis pequeños árboles, que no se pueden encontrar en ningún otro lugar del planeta y que son vigilados las 24 horas del día por guardianes armados.
Como es lógico, un té tan caro y tan delicado no puede beberse como cualquier otro. La ceremonia requiere un ritual apropiado. Los bebedores del Da Hong Pao peregrinan cada primavera a estas montañas para rendir tributo a Lu Yu, el dios del té, y rogar por el nacimiento de los nuevos brotes.
Por desgracia, la producción del té Da Hong Pao es cada año más escasa y pese a los esfuerzos de los cuidadores, los viejos árboles envejecen y de sus semillas no es posible hacer crecer nuevas plantas. Esto significa que cada vez habrá menos hojas de este tipo de té y probablemente acabará desapareciendo. El que hoy se comercializa es el que ha sido envejecido hace décadas, y debido a su escasez, su precio no para de subir.
Todavía se puede tomar una taza de Da Hong Pao sin tener que viajar a la lejana China. La opción “económica” es visitar el Royal China Club de Londres, donde se ofrece un servicio de cuatro tazas pequeñas por unos 200 euros.
Vía: Dónde Viajar.