Este es el último rincón de la capital mexicana donde se preserva la antigua técnica agrícola de las chinampas (balsas cubiertas de tierra donde se cultivaban verduras y flores). En 1987 la UNESCO incluyó este lugar en la lista del Patrimonio Mundial por este motivo
El Xochimilco es uno de los cinco lagos que tiene la ciudad, y el único de agua dulce. Tanto su tamaño como la calidad de sus aguas fue disminuyendo considerablemente con el paso de los siglos hasta que el gobierno puso en marcha hace unas décadas un gran plan de recuperación y conservación.
Una parada obligada es el Mercado de Xochimilco, donde se vende comida de todo tipo, flores y recuerdos, así como el Templo y Convento de San Bernardino, el histórico Hotel Reforma y el Museo Dolores Olmedo Patiño.
Vía: Dónde Viajar.