Según un nuevo estudio publicado en la revista Nature Climate Change, los espacios laborales fijan sus termostatos en verano basándose en los valores metabólicos de un varón de 40 años y 70 kg de peso. Sin embargo, la investigación revela que la mujer necesita temperaturas más altas para realizar sus actividades del día a día.
Boris Kingma y Wouter van Marken Lichtenbelt, autores del estudio, afirman que las mujeres tienden a sentir más frío en las mismas condiciones. El par declaró también que los hombres prefieren trabajar a unos 22 °C, mientras que nosotras nos sentimos más cómodas con tres grados más (25ºC). Esta investigación recuerda que este estándar de temperatura se basó en un análisis realizado en los años 60 por el danés Ole Fanger.
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Vía: VANIDADES.